Cada día más, por múltiples razones que van desde la conciliación hasta la distancia geográfica, trabajamos fuera de la oficina. Estos días, la obligada cuarentena a causa del Coronavirus está haciendo, además, que con prisas y pocos recursos, sean muchos los que tengan que ponerse manos a la obra para intentar comunicarse vía online. Afortunadamente, la tecnología nos echa una mano y las videollamadas, webminar o conferencias, entre otras, se han convertido en una de las herramientas más utilizadas para suplir nuestra presencia física y poder comunicarnos con los demás. Pero, este socorrido método, supone un problema para mucha gente que ve como a su pánico a hablar en público se suma otro no menos pequeño… el pánico a la cámara.Vamos a repasar una serie de prácticos y sencillos consejos para intentar que esta comunicación, pantalla mediante, sea lo más efectiva y cómoda posible.

¿Dónde tengo que mirar?

Generalmente, haremos nuestra intervención, ya sea grabada o en tiempo real, a través de una webcam situada en el ordenador (externa o integrada) o con nuestro teléfono móvil. Lo primero es saber a dónde tenemos que mirar mientras hablamos. Tienes dos opciones dependiendo si la intervención es grabada o en tiempo real.

Si es en tiempo real, aunque estéticamente no sea lo más adecuado, si lo que buscas es estar tranquilo y olvidarte de la cámara, lo mejor es que mires directamente a la pantalla, justo donde ves a las personas con las que estás hablando. Céntrate en ellas y olvídate de la cámara.

Si tu intervención es grabada, entonces mira a la cámara directamente y evita estar vigilando de reojo tu imagen que, seguramente, verás en pequeño en alguna esquina del ordenador.

Una cuestión de atención

Si mantener la atención de nuestro equipo y colaboradores durante una reunión presencial ya es difícil, la tarea se complica aún más cuando hay una pantalla de por medio. Teléfonos, documentos, emails, hasta el cuadro de la pared… todo se convierte en foco de distracción cuando perdemos el estímulo de la presencia física de la otra persona.

¿Qué podemos hacer entonces para intentar mantener la atención de nuestro interlocutor en la comunicación online?

  • En primer lugar, esfuérzate por ser lo más escueto y concreto posible. No le des vueltas al tema y enfócalo directamente de la forma más interesante para los que te escuchan. Organiza un mensaje breve y directo y no lo desarrolles en más de tres puntos. Pregúntate por qué es importante para ellos lo que tienes que decir y ve directo al grano.
  • Utiliza un lenguaje sencillo y frases cortas.
  • Si crees que estás nervioso y puedes liarte… ¡no hay problema! Aprovecha la intimidad de tu mesa para tener contigo unos apuntes y poder consultarlos si te sientes inseguro.
  • No deberías prolongar la reunión más de 20 minutos en ningún caso.
  • Al final de la reunión, asegúrate de mandarles un resumen con los puntos tratados.

No es un monólogo

Recuerda que, aunque estés solo en tu despacho, casa o habitación, no estás solo en esa reunión. Cuanto más dejes que los demás participen, más atentos estarán y más se parecerá a una reunión real. Favorece la participación realizando preguntas o pidiendo opiniones a los demás. Pregunta cada poco tiempo si te estás expresando correctamente y si te entienden.

Eso sí, establece turnos de palabra para que podáis escucharos todos con facilidad y encárgate de que una persona los modere: si cada uno empieza a hablar cuando le apetece, parecerá más el teléfono roto que una reunión.

Si tú eres el que escucha, toma notas y haz tus preguntas cuando los demás terminen de hablar. Procura no interrumpir.

Lenguaje no verbal al 100%

Generalmente, la mayor parte de la información que obtiene nuestro interlocutor procede de nuestro lenguaje no verbal. Es decir: del cuerpo y de la voz. Estar al otro lado de la pantalla, con buena parte del cuerpo cubierto y, muy probablemente, un sonido deficiente, no jugará a nuestro favor. Atento a estos detalles que debes cuidar:

  • Busca un lugar en el que estés cómodo, tranquilo y, sobre todo, en el que haya silencio.
  • Procura que la cámara esté a la altura de tus ojos.
  • Mantente lo más erguido posible si estás sentado y procura que tus brazos quepan dentro de la imagen.
  • Mueve brazos y manos con discreción: no hagas movimientos demasiado rápidos, ni que te tapen la cara. Mantén los brazos a la altura del pecho y muévelos de forma más bien lenta.
  • Evita tener un bolígrafo en la mano. Es posible que sin darte cuenta lo golpees contra la mesa y distraigas a todo el mundo.
  • No te olvides de sonreír. Tanto si lo estás grabando y mirando directamente a la cámara, como si es una intervención en directo y miras a la imagen de las personas con las que hablas, sonríe. Ayudarás a generar más empatía.
  • Atento cuando hablen los demás: haz pequeñas afirmaciones con tu cabeza, para que sepan que les estás escuchado. La distancia es muy mala y genera inseguridades en el emisor.
  • Aunque estés utilizando medios tecnológicos… ¡no eres un robot! Así que relájate y habla como las personas: con naturalidad y a una velocidad media. Si hablas demasiado deprisa, parecerá que estás deseando acabar. Si hablas demasiado lento, se dormirán.
  • Utiliza tonos variados. Al igual que cuando hablamos por teléfono estar más cerca de un tono “alegre” nos ayudará a mantener la atención.
  • Tu vocalización va a ser especialmente importante. Esfuérzate por pronunciar lo mejor posible.
  • Utiliza los silencios, pero de forma más breve de lo habitual. Un silencio muy largo puede hacerles pensar que la conexión es defectuosa.

No me gusta que me vean

Está claro, si ponernos de pie en una reunión ya supone un problema para muchos, hacerlo a través de una pantalla, con un documento que es posible que perdure para la eternidad o, simplemente, manteniendo un primer plano de mi cara recién levantada… no es la opción que más nos entusiasma.

Por eso, vamos a ponernos manos a la obra para hacer que tu imagen a través de la cámara sea lo mejor posible.

  • Busca el ángulo que más te favorezca. Para esto, cuanto más retirada tengas la cámara mejor. Intenta que se te vea, al menos, de cintura para arriba. Deja aire a cada lado de tu imagen: que no parezcas encerrado.
  • Vigila el fondo: no dejes que la imagen trasera perturbe a los que te miran. Ordena y procura que sea un espacio limpio y con pocas distracciones. Poner algunos libros y alguna maceta siempre favorece.
  • Ilumina bien la habitación y procura no estar a contraluz para no cerrar los ojos involuntariamente cuando hables.
  • Elije colores neutros (lo azules y grises claros van genial) y a ser posible sin rayas o estampados que ensuciarán la imagen y pueden generar el terrible mouaré. Procura no vestirte del mismo color que la pared.
  • Evita los accesorios grandes que llaman en exceso la atención como pendientes, pulseras o anillos.
  • Si puedes prescindir de ella, mejor sin corbata.

Si le dedicas un poco de tiempo y lo preparas con interés, tu comunicación oral a través de una cámara puede ser excelente.

¿Comenzamos?